Entró en el campo de tiro desesperada por detener el duelo. Enmedio de la confusión, Jocelyn Dudley, Duque de Tresham, recibió un disparo. Para su sorpresa, Tresham se encuentra a su mismo contratando a la sirvienta como su enfermera. Jane Ingleby es demasiado lista para su propio bien. Sus ojos azules son del tipo de ojos en lo que un hombre podría ahogarse... sino fuera por su impertinencia. Ella cuestiona todos sus movimientos, indaga en sus secretos y toca su alma. Cuando él le ofrece establecerla en su casa de Londres, el amor es la última cosa que tiene en mente...
Jane intenta fingir que todo es un asunto de negocios, un trato que estaba obligada a aceptar con el fin de ocultar un peligroso secreto. Seguro que no había nada más peligroso que ser la amante de semejante hombre. A pesar de su fachada diabólica, ella veía su nobleza interna y también conocía cuál era el mayor peligro: una pasión que la conduciría a ariesgarlo todo por pasar un mes con ese inadecuado caballero que piensa que el amor es para tontos.
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