viernes, 23 de diciembre de 2011

Rose Karen

Alguien te observa
Kristen Mayhew es una de las mejores abogadas de la fiscalía de la ciudad de Chicago, pues se toma cada caso y cada víctima de forma muy personal. Y es que la propia Kristen no es ajena al dolor y sufrimiento de las víctimas, debido a una traumática experiencia pasada que, además, le llevó a convertirse en abogado. Ahora se enfrenta a un asesino que se llama a sí mismo «su humilde servidor», que parece conocer todos sus movimientos, que la observa y que se ha erigido en su vengador, acabando con aquellos criminales que ella no consiguió encerrar ante un tribunal.

Abe Reagan es el detective de homicidios recién incorporado que lleva el caso y el responsable de descubrir y detener al «vengador», que con sus primeras actuaciones se ha ganado el favor popular. Él será el único que pueda protegerla cuando se hacen públicos las particularidades del caso y el papel que juega Kristen en todo ello.

Entre Abe y Kristen surge una atracción que ninguno de los dos esperaba o deseaba, y es que el detective Reagan también ha sufrido bastante; se culpa de la muerte de su esposa, que recibió un disparo que iba destinado a él y murió después de pasar cinco años en estado vegetativo. Sin embargo, no tarda en descubrir que la reputación de Kristen, a quien apodan la reina de hielo, por su frialdad fuera del tribunal, es inmerecida y que en realidad esconde un pasado muy doloroso.

Mientras ambos trabajan en el caso, se van uniendo tanto física como emocionalmente. Y no tardan es darse cuenta de que cualquier conocido de Kristen puede ser una víctima en potencia... y todo apunta a que el «vigilante» se mueve como pez en el agua dentro del entorno de Kristen. 

 No te Escondas
NO SABES QUIEN SOY...
El terror ha cambiado para siempre la vida de la psiquiatra Tess Ciccotelli. Alguien está atormentando a sus pacientes, llevándoles a suicidarse y haciéndola parecer culpable a ella. Pero Tess no puede romper su juramento de proteger la privacidad de sus pacientes a toda costa. Ni siquiera cuando el detective Aidan Reagan le exige una lista de todos aquellos a quienes está tratando. Ni siquiera cuando el creciente peligro amenaza a la propia Tess.
NO PUEDES EVITAR LO QUE HAGO...
A Aidan no le gusta que nadie complique sus casos. Con todo, no puede evitar admirar la profunda lealtad de Tess hacia sus pacientes, sobre todo cuando comienza a vislumbrarse que el enemigo anónimo está empeñado en destruir su carrera, su familia y, finalmente, a la propia Tess. Según se ablanda el corazón de Aidan, se endurece el del asesino, y algo queda claro, la soga ronda el cuello de Tess.
NO PUEDES ESCONDERTE...
Ha pasado casi un año de la ruptura de la psiquiatra Tess Ciccotelli con su prometido y ahora lleva una vida más o menos ordenada y tranquila. Pero una noche recibe una llamada de una mujer que dice ser la vecina de una de sus pacientes advirtiéndole de que la chica en cuestión amenaza con saltar al vacío desde su apartamento situado en el piso veintidós. Cuando Tess llega al lugar lo encuentra acordonado y lleno de policía, y se tropieza con la pareja de detectives que han sido asignados al caso, Murphy y Reagan.
Tess no es una mujer muy popular entre la policía debido a que su testimonio como profesional durante un caso hizo que el acusado, que había matado brutalmente a tres niñas, no pudiera ser juzgado. De modo que cree que la hostilidad con que la trata en un principio Aidan Reagan está en parte justificada, puesto que fue él quien encontró el cuerpo de la tercera niña de aquel caso polémico.
Pero las pistas halladas en la escena del crimen apuntan a que la paciente no se suicidó, sino que fue torturada psicológicamente y drogada para inducirle al suicidio. De modo que Tess, después de que se encontrara una cinta grabada con la voz de Tess, sus huellas en los botes de píldoras y que en el vídeo de seguridad del edificio aparezca la figura de una mujer vestida con el mismo abrigo que la psiquiatra, se convierte en la principal sospechosa y es llevada a comisaría para ser interrogada al respecto.
Sin embargo, ni Murphy, que conoce a la doctora, ni Aidan, a pesar de su hostilidad inicial hacia ella, creen que ella sea la culpable, sino que alguien está empeñado en hacerla parecer culpable.
El verdadero asesino, viendo que Tess sigue en libertad, decide cambiar su modo de actuar, de forma que deja un mensaje con la voz de Tess en el contestador de otro de sus pacientes anunciándole que va a revelar su secreto...

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