1 - A Sus Pies
Trina Roberts, relaciones públicas de una importante empresa de zapatos, había cometido una locura al acostarse con un hombre al que acababa de dejar su novia, y, como resultado de aquella noche de salvaje pasión, se había quedado embarazada. Sabía que Walker Gordon no buscaba una relación permanente… al menos no con ella. Por eso cuando él aceptó un trabajo en el extranjero, Trina optó por no hablarle del embarazo.
Y ahora había vuelto… y había descubierto la verdad.
Tras sufrir una ruptura sentimental, Walker había aceptado el consuelo de Trina. Jamás habría imaginado que el resultado de todo aquello lo convertiría en padre. Trina aseguraba que no necesitaba nada de él, pero Walker tenía intención de darle un padre a su hijo, lo que no sabía era si debía ser él…
Y ahora había vuelto… y había descubierto la verdad.
Tras sufrir una ruptura sentimental, Walker había aceptado el consuelo de Trina. Jamás habría imaginado que el resultado de todo aquello lo convertiría en padre. Trina aseguraba que no necesitaba nada de él, pero Walker tenía intención de darle un padre a su hijo, lo que no sabía era si debía ser él…
Diseñar zapatos era la pasión de Jenny Prillaman, así que crear los zapatos de boda de un personaje de la alta sociedad era un sueño hecho realidad. Tratar con la señorita en cuestión era algo muy distinto. Mantener las distancias con su nuevo jefe iba a ser también una ardua tarea porque, a pesar de tener la total convicción de que no debía mezclar los negocios con el placer, Marc Waterson era demasiado sexy como para controlarse. La ambición profesional de Marc era llevar la empresa hasta lo más alto. Su objetivo personal sin embargo era encontrar una mujer con la que sentar la cabeza. Lástima que Jenny estuviera más interesada en seguir sus pasos en la empresa que en convertirse en su esposa...
Trabajar para una importante empresa multinacional de zapatos resultó no ser el trabajo ideal que Amelia Parker había creído. Ser la ayudante de la gran Lillian Bellagio la tenía oprimida y desbordada de trabajo. Por eso, cuando le encargaron que acompañara a la señora Bellagio a la mansión que tenía en los cayos de Florida, pensó que no estaría nada mal cambiar los zapatos por las sandalias. Y no se equivocaba, sobre todo porque allí conoció a Jack O’Connell, un misterioso caballero que la retó a hacer algunas locuras: beberse un huracán, bañarse desnuda… tener un romance con un hombre increíblemente atractivo. Ahora, Amelia tendría que decidir si ponerse el zapato de cristal…
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