No era exactamente un caballero
El hijo bastardo de un duque, Devlin Farrell, había decidido vengar la muerte de su madre. Para ello estaba dispuesto incluso a secuestrar a la novia de su enemigo el día de la boda.
Lilly O’Rourke no era más que un peón inocente en el plan de Devlin. Aparte de arruinar su reputación, no le deseaba ningún mal, aunque era difícil jugar a ser el perfecto caballero cuando luchaba por resistirse a la tentación de su belleza.
Pero Devlin había esperado mucho tiempo el momento de su venganza…
El hijo bastardo de un duque, Devlin Farrell, había decidido vengar la muerte de su madre. Para ello estaba dispuesto incluso a secuestrar a la novia de su enemigo el día de la boda.
Lilly O’Rourke no era más que un peón inocente en el plan de Devlin. Aparte de arruinar su reputación, no le deseaba ningún mal, aunque era difícil jugar a ser el perfecto caballero cuando luchaba por resistirse a la tentación de su belleza.
Pero Devlin había esperado mucho tiempo el momento de su venganza…
Para salvar su reputación, primero tenía que destruirla…
Cuando la acusaron de asesinar a una cortesana que guardaba un extraño parecido con ella, Dianthe Lovejoy se vio obligada a esconderse. El único hombre que podía protegerla era su enemigo, el reputado juerguista y jugador lord Geoffrey Morgan.
Por culpa de una deuda de honor, lord Geoffrey no tenía otra opción que acoger a la entrometida dama, pero cuando se enteró de su plan de hacerse pasar por cortesana para desenmascarar a un villano, decidió impedir tan ridícula idea. Convencido de que así conseguiría disuadirla, Geoffrey le enseñó a comportarse como una cortesana… pero lo que descubrió fue que había encontrado a la mujer perfecta…
Cuando la acusaron de asesinar a una cortesana que guardaba un extraño parecido con ella, Dianthe Lovejoy se vio obligada a esconderse. El único hombre que podía protegerla era su enemigo, el reputado juerguista y jugador lord Geoffrey Morgan.
Por culpa de una deuda de honor, lord Geoffrey no tenía otra opción que acoger a la entrometida dama, pero cuando se enteró de su plan de hacerse pasar por cortesana para desenmascarar a un villano, decidió impedir tan ridícula idea. Convencido de que así conseguiría disuadirla, Geoffrey le enseñó a comportarse como una cortesana… pero lo que descubrió fue que había encontrado a la mujer perfecta…
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